CHIARA LUBICH (1920-2008)
Fundadora del Movimiento de los Focolares
Silvia Lubich nació en Trento el 22 de enero de 1920, es la segunda de cuatro hijos. La madre es católica practicante, el padre socialista; su hermano Gino es comunista, partisano, periodista del diario ˮL'Unità”.
Silvia desde muy joven comienza a asistir a la Acción Católica.
En 1938 obtuvo el diploma de maestra y comenzó a enseñar en algunas escuelas del interior de la provincia y en la capital. Mientras tanto, se matriculó en la Universidad de Venecia, pero por el estallido de la II Guerra Mundial se vio obligada a abandonar los estudios.
A los 19 años, participando en un curso de la Acción Católica, visita el Santuario de Loreto que, según la tradición, conserva la casa de la Sagrada Familia. Allí advierte su vocación: un nuevo camino con respecto a los conocidos hasta el momento (matrimonio, convento, consagración a Dios permaneciendo en la propia casa). En Loreto, Silvia ve delinearse un 'cuarto camino', según el modelo de la familia de Nazaret: vírgenes y casados, todos donados totalmente a Dios, que forman pequeñas comunidades en medio del mundo. Estos, después serán llamados “focolares”.
Animadora de la Tercera Orden franciscana y fascinada por la radicalidad de Chiara de Asís toma su nombre.
A los 23 años advierte fulgurante la llamada a dar todo a Dios y el 7 de diciembre de 1943 se consagra con el voto de castidad.
Una nueva espiritualidad. Los horrores de la guerra le arrebatan toda seguridad, despertando en la joven Lubich una imperiosa pregunta: ¿Existe un ideal que ninguna bomba pueda destruir? En el fondo del corazón encuentra la respuesta: sí, es Dios. Y Él, en ese escenario de odio que pone en evidencia el contraste, se le manifiesta por lo que es: Amor.
Comparte su descubrimiento con otras chicas. Juntas empiezan a poner en práctica una por una las palabras del Evangelio que llevan consigo incluso a los refugios antiaéreos. El 13 de mayo de 1944 un bombardeo violento se abatió sobre la ciudad, dañando incluso la casa de los Lubich. La familia se refugió en las montañas, pero Chiara decidió quedarse en la ciudad para apoyar a la naciente comunidad. Alquila un pequeño departamento en Piazza Cappuccini que después también alberga a sus otras compañeras. La llamaron 'casita', en referencia a la de Nazaret. Se convertirá en el primer 'focolar'.
En 1977 Chiara recibe en Londres el Premio Templeton para el progreso de la religión. Desde 1995 las distinciones se multiplican por parte de organismos académicos internacionales y administraciones públicas. Entre otras, en 1996 en París, el Premio Unesco para la educación a la paz.
Se le otorgan ciudadanías honorarias de varias ciudades, entre ellas: Buenos Aires, Roma, Florencia, Turín, Milán y dieciséis doctorados ad honorem de Universidades de cuatro continentes. Las motivaciones destacan la contribución a la paz y a la unidad entre los pueblos, religiones y culturas y la difusión de la fraternidad universal.
Los últimos días. En febrero de 2008 Chiara ingresa al Policlínico Gemelli de Roma. El Papa Benedicto XVI le envía una carta personal. El Patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I la visita.
El 14 de marzo se apaga en su casa de Rocca di Papa (Roma) a la edad de 88 años, rodeada de su familia espiritual.
El funeral se lleva a cabo el 18 de marzo en la Basílica papal de San Pablo extramuros, presidido por el Secretario de Estado Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, concelebrado por otros 16 cardenales, 40 obispos y cientos de sacerdotes. Entre las miles de personas de todas las edades, participan muchas personalidades de diversos partidos políticos, representantes de muchas religiones, de distintas Iglesias y de Movimientos católicos.
“Habiendo ido en aumento, con los años, su fama de santidad…”. Con estas palabras del Edicto, el obispo de Frascati Raffaello Martinelli, el 27 de enero de 2015, abre la causa diocesana de beatificación y canonización de Chiara Lubich (Silvia), fundadora del Movimiento de los Focolares. El papa Francisco se hace presente con un mensaje que exhorta “a dar a conocer al pueblo de Dios la vida y las obras de aquella que, acogiendo la invitación del Señor, ha encendido para la Iglesia una nueva luz en el camino hacia la unidad”. El 10 de noviembre de 2019, en la catedral de Frascati en presencia del obispo, monseñor Raffaello Martinelli, termina la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de Chiara Lubich. Continúa en el Vaticano, en la Congregación para las Causas de los Santos.