Cuando ese pensamiento nos parece -y tal vez sea- tan aberrante, se nos introduce fácilmente el desprecio, incluso el odio, hacia esas personas. ¡No! El amor a la Verdad es inseparable del amor a las personas. Dios es la Verdad y es el Amor. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Sabemos lo importante que es saber ofrecer nuestros pensamientos. Es tan importante como saber acoger el pensamiento del otro.
Debemos partir de la comprensión de que el pensamiento del otro también es un don y así debe ser acogido.
La tendencia general, que es un error, es tomar como personales las opiniones contrarias a las nuestras. E incluso si así lo fuera, nuestra postura no debe ser de confrontación.
Si el otro tiene una opinión poco ética, es nuestro deber dar testimonio de la ética del bien, que es puesta con amor y está en coherencia con la verdad.
Sin embargo, atención. Saber acoger los pensamientos de los demás no significa ser negativamente relativista. Significa ser amor, ser tolerante y comprensivo. Nuestro estilo de vida revela nuestra posición frente a las circunstancias.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento