Para que haya luz y nos reconozcamos sin caretas ni fingimientos; para sentirnos libres. Siempre el amor en el corazón y la verdad en la mente, que esa es nuestra vocación. Así construimos la buena sociedad: sobre roca, no sobre arena. (Padre Manolo Morales o.s.a)
Si la sinceridad no es la base de nuestras relaciones, estas son como un marco de cortesía y de buena educación de un cuadro en blanco.
Primero, debemos pintar un lienzo con relaciones sinceras y verdaderas, de colores vivos y duraderos, para después poner un marco de sentimientos que la embellezcan aún más. Una sin la otra es incompleta y sin sentido.
Si nos reflejamos en la relación de amor que existe en la Santísima Trinidad, seremos una obra maestra de relaciones sinceras.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento