Con diligencia y esmero, de corazón. Pierde la vida quien no sabe convertirla en un continuo servicio. ¿Nos avergonzará ser siervos cuando la Madre del cielo se confiesa "la sierva" y Dios mismo, sentados a la mesa, se pone a servirnos? (Padre Manolo Morales o.s.a.)
No sólo yendo al encuentro de las personas necesitadas es que podemos servir al prójimo. Podemos hacerlo empezando en nuestra vida cotidiana: en casa, en el trabajo y con nuestros amigos.
Dedicar tiempo a cada miembro de la familia, sentir las necesidades de cada uno, estar atento a los pequeños detalles que pueden dejarlo feliz.
Hacer nuestro trabajo rutinario con dedicación, recordando que cada persona que se va a beneficiar del fruto de nuestro trabajo es un prójimo que puede y debe ser amado de forma anónima, pero concreta.
Hacerse presente en la vida de los amigos, demostrando con gestos sencillos lo importantes que son en nuestra vida. Hacer por todos ellos lo que nos gustaría que hicieran por nosotros.
Después de eso, nuestra sensibilidad se desarrollará e iremos por el mundo sirviendo con dedicación a cada prójimo que encontremos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento