Imposible extirparlo del todo; forma parte de nuestra existencia. Dios, por amor, ha tenido el coraje de entrar en él, padecerlo personalmente, ayudarme a transformarlo, madurar en él y encontrarle un sentido. De eso se trata. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Dios no quiere que suframos, pero quiere que sigamos amando incluso cuando sufrimos.
Si no pudiéramos cosechar frutos positivos del sufrimiento y de las renuncias, Dios no habría permitido que Cristo sufriera para proporcionarnos la redención y darnos la certeza de la resurrección.
¿Qué significa acoger el sufrimiento? En primer lugar, como se dijo anteriormente, continuar amando a pesar del sufrimiento. Luego ofrecer a Dios el sufrimiento que experimentamos, para que Él pueda usarlo a favor de quienes necesitan más amor, más atención, más consuelo.
Cualquier sufrimiento, pequeño o grande, que experimento, trato de ofrecerlo a Dios, uniendo mi sufrimiento al sufrimiento de Jesús crucificado y abandonado, para que adquiera un nuevo significado y me anime a seguir amando, incluso en el dolor.
Acoger el sufrimiento significa acoger a Jesús crucificado y amarlo como se merece, como el bien más preciado que tiene mi alma.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento