¿No somos su Familia? ¿No es la tierra, como el cielo, su Casa? Si "mis años se acaban como la hierba, mientras Dios permanece desde siempre y por siempre", ¿no es insensato vivir sin "dejarle el primer sitio" en mi corazón? (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Las leyes de la física nos enseñan que dos elementos no pueden ocupar un mismo espacio al mismo tiempo. Por lo tanto, debemos hacer un vacío completo a través del desapego, para que Dios ocupe ese vacío.
La vida del amor nos ayuda a crear el espacio destinado a Dios dentro de nosotros.
La oración y los momentos de reflexión, nos ayudan a descubrir la presencia de Dios en nosotros. Estos momentos nos dan la conciencia de que el Espíritu Santo vive en nosotros. Sin embargo, Él sólo actúa cuando le damos espacio a través del amor: cuanto más amamos, más se manifiesta y ocupa Su espacio en nosotros.
El Espíritu Santo nos visita, nos consuela, ilumina nuestra mente, nos da paz e impulsa toda nuestra vida hacia el bien.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento