Porque es Dios y es el Amor, jamás vivirá entre corazones que mantienen odios, rencor y división... Solo el amor entre nosotros, incluso entre los escombros de la guerra, es, como el seno de la Virgen Madre, "lugar" para nacer y renacer. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Podemos y debemos amarnos, pero no con un amor cualquiera: debe ser un amor en la medida del “como yo los he amado”, en la medida en la que Jesús nos amó. Él no nos pide nada menos hoy, el día en que celebramos su nacimiento.
Si amamos con esa medida, Jesús permanece en medio nuestro como lo prometió en Mateo 18,20: “Donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos”. Entonces siempre será posible hacer que Jesús nazca entre nosotros y todos los días del año serán Navidad.
Jesús nacerá no sólo en medio nuestro, sino también en cada uno de nuestros corazones.
Y podremos llevar esta presencia suya al mundo. Seremos como el establo de Belén: incluso siendo un lugar inapropiado, en la noche más jubilosa de todos los tiempos, acogió al Rey de reyes.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento