Identificarlo para respetarlo y amarlo. Que los "caínes" siguen matando, unos con armas; otros, con el odio. Y eso se pega. Y Dios ha dicho que "quien odia a su hermano es un homicida". Odiar el pecado y la mentira, sí; odiar al pecador, no. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Si tenemos el coraje de responder con gestos generosos, siempre daremos lo mejor de nosotros a quienes estén a nuestro lado.
En casa, donde conocemos muy bien los defectos unos de los otros, estamos tentados a juzgar y ser poco generosos.
En el trabajo, somos llevados a medir nuestra dedicación a los demás solo según la meritocracia.
En la calle, tenemos la tentación de juzgar por la apariencia y no amar a las personas dando lo mejor de nosotros mismos.
Es un desafío ir al encuentro del hermano, pero cuando lo hacemos, la felicidad se refleja en su rostro e invade nuestros corazones.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento