Los nuestros, yo los míos, tú los tuyos, los que corresponden a cada uno, no los que pretendan los demás de mí, ni tampoco los que desearían mis "ansias de grandeza", sino los que Dios espera. Somos "labranza suya". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Todo lo que podemos hacer por los demás son los talentos que Dios nos ha confiado. Tenemos el deber de ponerlos en común por el bien de todos.
Esto abarca desde la competencia profesional hasta las habilidades artísticas; desde los dones espirituales hasta el patrimonio cultural; desde el servicio humanitario hasta los bienes materiales. Son muchos los talentos que podemos hacer fructificar para el bien de los demás.
El talento puesto en común se multiplica, lo que se oculta o se utiliza de forma egoísta en favor de uno mismo tiende a morir y desaparece. Jesús dice claramente al final de la parábola de los talentos: "Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene.". (Mt 13,12)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento