Empezando por nosotros mismos, sin más tormento por errores pasados. Perdonar no es indiferencia ni resignación ante el mal, sino combate perseverante, para recomenzar y levantarnos con la misericordia. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cuando dos personas rompen una relación, siempre habrá una que saldrá herida y la otra que lastimó. O podría haber habido un gran malentendido.
Para recomenzar a partir del perdón, es necesario que este propósito sea recíproco.
Cuando nos arrepentimos de un error y recurrimos a Dios, Él nos perdona por completo. A partir de eso Él nos ve nuevos. Se alegra con nuestro regreso.
Y nosotros, ¿cómo reaccionamos ante un hermano que nos pide perdón?
¿Somos despiadados o misericordiosos?
Muchas veces alguien puede decir: ¡Conmigo sólo te equivocas una vez!
Pero, ¿será que queremos esa misma medida para nosotros?
No sólo debemos perdonar, sino alegrarnos con la persona que regresa. Que quiere recomenzar, retomar la relación, tener una nueva oportunidad.
Ella debe ver en nosotros no el rostro duro de la condena, sino el rostro de la reconciliación que la acoge y se alegra de su regreso.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento