Las encontraremos, pero que no sean de nuestra parte esas reservas. Nos corresponde a nosotros "esmerarnos en lo que favorece la paz y construye la vida común"; desafecciones y pendencias son daño y pérdida de tiempo. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Somos maestros en el acoger con condiciones. Siempre ponemos un "si" antes de dar permiso o aceptar una propuesta o situación.
Si aceptas mi idea, si te sometes a mis órdenes, si reconoces que tengo razón, si me pides perdón, etc.
Nada de eso es amor, porque el amor es incondicional. Quien ama no impone ni ordena, simplemente ama y sirve.
Quien ama acoge con alegría y se pone al servicio.
El mejor ejemplo de acogida sin reservas es la del padre en la parábola del hijo pródigo (Lc. 15,11-32). El hijo gastó su herencia desordenadamente, además la exigió con antelación. Pero el padre lo recibió con un abrazo, con ropa limpia, sandalias en los pies, un anillo en el dedo y una gran fiesta. Su error ya no contaba, contaba que él había regresado.
Acojamos sin reservas, sin exigencias ni condiciones a todos aquellos que hoy vienen a nuestro encuentro.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento