Ya se encargan los hechos cada día de "humillar" mi corazón y demostrarle sus ataduras, susceptibilidades, falta de libertad... Adquirirla es un "trabajo necesario", una escuela, un ejercicio. A amar solo se aprende amando.(Padre Manolo Morales o.s.a.)
Entiendo esta libertad del corazón en el sentido de que me libero de todas mis preocupaciones, de todos mis problemas personales, de todas mis tareas, sentimientos, deseos, conocimientos, para estar completamente disponible para cada prójimo que viene a mi encuentro.
Si no doy este paso de "vaciarme" de mi para "llenarme" del otro, no daré al otro la acogida que espera, desea y necesita.
El otro se siente realmente amado de modo puro y ocurre un fenómeno en mí: encuentro la luz para resolver mis problemas personales, adquiero equilibrio en mis sentimientos y mi fe se convierte en una relación de amor y gratitud a Dios.
Para amar debo tener el corazón libre y cuando amo, experimento la verdadera libertad.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento