Como se cultiva, se riega y se cuida cada día lo más hermoso de mi jardín: la vida que trasplantaré conmigo al cielo para siempre; vida que ya es eterna aquí si la savia de mi corazón es el amor de Dios en todo y por todo. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El amor debe ser intenso, debe ser un fuego que arde en el pecho, debe ser fuente de vida uno para el otro, debe ser cuidadosamente refinado para que sea un recíproco deseo, cultivando la relación en la sinceridad como una planta que se riega todos los días.
La relación debe mantenerse con decisión y disposición en todo momento, no depende sólo del afecto, sino también de la voluntad, no depende sólo del sentir, sino también del actuar y estar en sintonía total con el otro.
Dios ya hace su parte con nosotros, ahora nos toca a nosotros mejorar nuestra relación con Él.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento