"Estamos en el mundo, pero no somos del mundo". Como hijos de Dios, no deberíamos depender ni de nuestros pobres esquemas mentales ni de los ideólogos y dominadores de turno, vestidos de luz. Dios es la Luz. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Jesús ama tanto a cada persona que se identifica con ella. De hecho, cuando explica el juicio final, dice que todo lo que le hubiéramos hecho a cualquier persona, se lo hemos hecho a Él mismo. (Cf. Mt 25,35-45)
Ampliar el horizonte del corazón es amar, dando de comer a quien tiene hambre, de beber a quien tiene sed, vistiendo a quien está desnudo, visitando y ayudando a los enfermos y a los encarcelados, acogiendo a los peregrinos.
Ampliar el horizonte del corazón, sirviendo bien a las personas con nuestra profesión, escuchando a los que sufren, acogiendo con alegría a nuestros familiares o a cualquier persona que venga a nosotros.
Ampliar el horizonte del corazón en la medida del corazón de Jesús, reconociendo su presencia en cada prójimo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento