Es el gran dolor que padecemos: ver cómo la falacia y la astucia de "ciegos guías de ciegos" conducen al error a sociedades enteras. Por eso, que nuestro hablar proceda, sí, del amor, pero nuestro callar no sea por cobardía. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Si esta postura fuera asimilada por todos, no habría disputas de ideas y de posiciones; no habría polarizaciones ni divisiones entre nosotros. Sólo habría un profundo respeto por las ideas de los demás.
Nosotros podemos cambiar esto, empezando por cada uno personalmente: puedo ofrecer mi idea, mi visión de las cosas, mi opinión personal, por amor a los demás. Y de la misma manera escuchar sus ideas con respeto a la diversidad.
Del respeto viene la tolerancia, de la tolerancia viene la aceptación del otro que es diferente a mí, de la aceptación nace el diálogo y del diálogo surge la comunión de ideas, que enriquece a todos.
A esto se le llama civismo. A esto se le llama la civilización del amor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento