En una fraternidad abierta a "todos, todos, todos", como no se cansó de repetir el Papa Francisco. Que mi modo de pensar, hablar y amar refleje, seguramente contra corriente, cuánto deseo el bien de toda persona cercana y lejana. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Involucrarse significa salir de nuestra zona de confort y dedicar tiempo, energía y recursos a causas que son más grandes que nosotros mismos. Ya sea a través de trabajo voluntario, proyectos comunitarios o simples actos de bondad cotidiana. Cada gesto cuenta, cuando nuestro objetivo es el bien de todos.
Al involucrarnos aprendemos a ver la realidad de otra manera, viendo a todas las personas como aliados, como colaboradores para que el mundo sea mejor, más justo, y así fortalecemos todas las relaciones humanas.
La diferencia que podemos hacer no siempre será grandiosa o inmediata, pero la suma de pequeñas acciones individuales puede transformar nuestras vidas y las vidas de muchos otros y, en consecuencia, el mundo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento