Solo en ese espacio -la concordia- Dios vive y trabaja con nosotros; solo así progresan las familias y la sociedad y la vida. La discordia y el enfrentamiento sirven solo al orgullo y a la ambición de poder. Y eso no es vida sino destrucción. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Al tratar de resolver un problema entre dos o más personas, corremos el riesgo de provocar la ira de todos contra nosotros.
Es decir, el que busca la Concordia siempre corre el riesgo de ser incomprendido, perseguido, agraviado. Sin embargo, lograr la armonía es un premio invaluable, ya que se experimenta la armonía como es vivida en el Paraíso: todos de acuerdo en presencia de Dios.
Donde reina la concordia, allí está Dios. Así que, vale la pena arriesgarse por ella.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento