Cuando vemos el lado más favorable de las cosas y transmitimos serenidad y seguridad interior, no somos ilusorios sino creyentes agradecidos: aun en medio de las dificultades, somos capaces de reconocer y disfrutar los regalos de Dios. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
En la dificultad aprendemos a ser humildes, a valorar la ayuda de los demás y a saber esperar el momento adecuado para cada cosa.
En la dificultad aprendemos a ser perseverantes, a tener iniciativas y creatividad, a buscar una alternativa y desarrollar la capacidad de la resiliencia, es decir, saber volver atrás y recomenzar.
En fin, una visión optimista de la vida nos impulsa hacia delante sin perder de vista la meta final, establecida por el amor y la fe.
Vale la pena difundir la cultura del optimismo, sin caer en la euforia y en la ilusión.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento