Es demasiado evidente cuánto la división y los egoísmos causan dolor e injusticias a la humanidad. ¿Y nosotros? ¿Haremos nuestra la súplica de Jesús la víspera de su muerte: "que sean uno", que se entiendan, que se amen...? (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Fue una oración llena de ardor y convicción: “Que todos sean uno como tú, Padre, estás en mí y yo en ti.” (Jn.17,21)
La palabra “todos” nos interpela también a nosotros, porque incluye a todas las personas de todos los tiempos. Por lo tanto, es una oración que llega hasta nosotros.
En el versículo anterior, Jesús dice que no ruega solo por los que ya están con él, sino también por todos los que vendrán después. Lo que nos incluye en el centro de su oración al Padre. (Cf. Jn. 17,20)
Recemos insistentemente por la unidad, porque es un don de Dios, que debe llegar a toda la humanidad a través de nosotros, sobretodo por nuestro testimonio.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento