Es peligroso dejarnos impresionar en exceso por los acontecimientos, las noticias, la vida que transcurre "fuera". Llevamos "dentro" la Luz de un Amor Eterno que es Sabiduría. Pero solo se enciende con la fe y la vida interior. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cuando tenemos que hacer la voluntad de otra persona y no la nuestra, o cuando las circunstancias no permiten satisfacer nuestros deseos, podemos sentirnos incómodos.
Solo hay un modo de no quedar perturbados: es adherir a la incomodidad; es decir, por amor a Dios hacer solo su voluntad, por amor al hermano perder nuestra idea.
Una cosa es cierta: descubriremos que hay mucha más alegría en dejarse perturbar por esas voluntades ajenas que insistir para imponer nuestra voluntad.
Nuestra actitud debe ser como la de María que dijo: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.” (Lc. 1,38) Ella adhirió con alegría al plan de Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento