"Al tener fe, demostramos claramente que no confiamos en nosotros mismos, sino más bien, nos estamos confiando a alguien que es más fuerte. Sin contar con nuestra propia fuerza, acudimos a Dios, esperando todo de Él. Con esta actitud permitimos que Dios actúe. " Chiara Lubich
Si acepto ser obra del Creador y no "único autor de mí mismo", ¿quién puede estar más interesado que Él en que esa obra salga bien y todo contribuya a ello? "Tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero". (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Ponerse en manos de Dios es una decisión de fe y confianza.
Ponerse en manos de Dios es una elección que nos permite encontrar paz y seguridad en medio de la agitación de la vida. Es confiar plenamente en Su amor, sabiduría y poder.
Cuando confiamos y nos ponemos completamente en las manos de Dios, encontramos paz y tranquilidad y nos liberamos del miedo y la ansiedad.
También significa que Él nos guiará en todo momento, a través de las circunstancias y de personas, Él siempre será nuestro guía.
Esto no sucede por arte de magia. Debemos buscarlo en la oración, hablar con Él con sinceridad, buscar consuelo en sus palabras leyendo la Biblia, sentir su presencia en cada hermano, creyendo en sus promesas y, sobre todo, siguiendo sus caminos.
"Encomienda al Señor tu camino, confía en Él y Él actuará" (Sal 37[36],5)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento