Como animadores y como animados; que, si hemos decidido caminar juntos, viviremos ambas cosas, incluso, en algún momento, las dos cosas a la vez. ¿O no es una sana animación cantar y sonreír en la hora de la prueba? (Padre Manolo Morales o.s.a..).
Animarse mutuamente fortalece nuestras relaciones, aumenta la confianza y la motivación para seguir adelante ante las dificultades. Es una cadena de apoyo que nos ayuda a superar desafíos y alcanzar nuestros objetivos.
Cuando estamos desanimados, especialmente ante el fracaso, lo que más deseamos es encontrar un ambiente positivo y de apoyo que nos ayude a rediseñar nuestros planes.
Si eso es lo que queremos para nosotros, es eso mismo lo que debemos querer y brindar a los demás, amando a todos de tal manera que se sientan capaces de lograr grandes cosas, que no dejen de amarse y creer en sí mismos y en su potencial.
Quien ama al prójimo lo anima a amar y a poner el amor como su primer objetivo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento