Amemos, no de palabra ni de labios para afuera, sino de hechos y en verdad. (1 Jn 3:18)
Nos llama a ser cristianos auténticos como Jesús insistió en que lo fuéramos. ¿Y aún así no es esto lo que el mundo está esperando? ¿No es cierto que el mundo de hoy quiere ver a personas que realmente dan testimonio del amor de Jesús? Por lo tanto, amemos con hechos, en lugar de con palabras, empezando con el humilde servicio que nos piden cada día los que están a nuestro lado.
Chiara Lubich
Lo pide la Navidad, que es UN HECHO histórico: la venida de Dios en carne, ¡nuestra Luz! Dejar que penetre en todos los rincones de la conciencia, será celebrar y vivir la Verdad. Y nuestros hechos, verdaderos, hablarán mejor que nuestras palabras. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Primero los hechos, después las palabras.
La fuerza de la verdad y de la coherencia valoran la acción concreta por encima de las promesas vacías. Es la búsqueda de resultados tangibles, que no se conforman con meras palabras.
Quienes viven este principio demuestran compromiso y responsabilidad, y adquieren credibilidad y confianza; muestran respeto por la verdad y evitan prometer en vano.
Para vivir así debemos ser claros y directos, hacer más de lo que decimos y cumplir las promesas que hacemos.
Un consejo que tomo principalmente para mí es no prometer lo que no puedo cumplir y buscar resultados mensurables, dentro de mi realidad.
Hechos y no palabras también es un testimonio que puedo dar como cristiano. Primero vivir, luego hablar.
"Lo que importa no es lo que dices, sino lo que haces". (Mahatma Gandhi)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento