"A través de su paciencia ganarán posesión de sus almas. " (Lc 21:19)
Esta Palabra de Vida nos enseña a conducir bien nuestras vidas, a aplicarla a todo lo que tenemos que hacer en la vida con un amor paciente que sabe sufrir bien, cómo soportar todas las cosas bien y cómo mantener siempre el control de nuestra alma, tanto así que realmente la 'poseemos'. Chiara Lubich
¡La paciencia! Ojalá pudiéramos improvisarla cuando nos llega el contratiempo, la contrariedad, el disgusto. Pero no. Hay que vivir siempre armados: creyendo, amando, fiándonos de Dios, aprendiendo, humildes, en cada momento, a esperar. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
En un mundo donde a menudo se confunde velocidad con eficiencia, la paciencia destaca como una virtud rara y valiosa.
Ser paciente no es sólo esperar pasivamente, sino tener la capacidad de mantener la calma y la esperanza incluso ante la adversidad y los desafíos.
La paciencia nos enseña a disfrutar el proceso y valorar cada paso del camino, en lugar de centrarnos únicamente en el destino final.
Al desarrollar la paciencia, aprendemos a lidiar mejor con las frustraciones y a encontrar soluciones más eficaces para los problemas.
Al practicar la paciencia nos volvemos más comprensivos y capaces de escuchar al otro con interés genuino y sin prisas. Esta actitud fortalece los lazos de confianza y de respeto mutuo.
La paciencia nos permite descubrir las oportunidades escondidas en las dificultades y aprovechar al máximo cada experiencia de vida.
Abrazos,
Nacimiento de Apolonio Carvalho