Es el tiempo propicio: ayer inició la cuaresma. Y la invitación viene del cielo: "Entra en tu cuarto (el corazón), cierra la puerta y reza a tu Padre, y tu Padre te lo pagará". ¡Dios premiándonos que le hablemos! ¿Hay amor más grande? (Padre Manolo Morales o.s.a.).
La oración es una práctica espiritual que muchas personas consideran una fuente de consuelo, orientación y fuerza. Privilegiar la oración puede traer muchos beneficios.
La oración nos permite conectarnos con lo divino. Es momento de abrir el corazón y la mente, buscando la paz.
En mis oraciones personales trato de reflexionar sobre mis acciones y pedir perdón por mis errores. Luego, doy gracias por todos los dones recibidos, tengo un momento de adoración y finalmente, hago algún pedido, sometiéndome siempre a la voluntad de Dios.
En momentos de dificultad, la oración puede ofrecer consuelo y esperanza. Saber que podemos confiarle a Dios nuestras preocupaciones puede aliviar nuestro sufrimiento.
La oración no sólo fortalece nuestra relación con lo divino, sino que también puede mejorar nuestras relaciones con otras personas. Podemos hacer una oración de intercesión por alguien. Y así, aumentar el amor al prójimo por intermedio de Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nacimiento