Sobre un mar agitado, cuatro figuras estilizadas de distintos colores (la humanidad de los cuatro rincones de la tierra), busca una esperanza. Y Dios responde desde la cruz, entrando en nuestro mar como un ancla segura que "no defrauda". (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Esperar en Dios significa creer que incluso en las circunstancias más difíciles, Dios tiene un propósito y un tiempo perfecto para todas las cosas.
Cuando esperamos en Dios, aprendemos a desarrollar una actitud de aceptación de Su voluntad, reconociendo que no siempre entendemos Sus caminos, pero confiamos que Él tiene el control. Esta espera a menudo nos enseña lecciones valiosas, como la perseverancia, la humildad y la gratitud.
Podemos usar este tiempo de espera para el crecimiento espiritual, buscando comprender y alinearse con la voluntad divina.
Esperar en Dios no es un acto pasivo; implica oración, meditación de la Palabra y acciones que reflejan confianza en Su providencia.
Al esperar en Dios, estamos fortaleciendo nuestra fe y nos alineamos con un propósito mayor. Es un proceso que puede traer paz, incluso en las circunstancias más difíciles.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nacimiento