Por muy adulto que me considere -yo y el mundo en que vivo-, solo en el Seno Materno de Dios estarán siempre mi origen y mi energía. ¿Quién mejor que ese Amor Primero amará, acogerá y comprenderá esta pobreza mía ? (P.M.)
Dios es siempre justo, porque siempre es amor.
Su misericordia es infinita. Incluso si nuestra confianza flaquea, su fidelidad es a toda prueba.
Cuanto más somos conscientes de nuestros límites, más podemos abandonarnos a la misericordia de Dios.
La esperanza de ser rescatados por su inmenso amor es como un ancla bien fijada en un mar revuelto. La agitación de las ondas no sacuden nuestra fe, porque sabemos que Él es capaz de caminar sobre las aguas, de calmar tormentas y que siempre viene a nuestro encuentro.
Su misericordia es nuestra seguridad. Dios está siempre esperando que entreguemos en sus manos todas nuestras debilidades, para que a través de nosotros, Él llegue a los corazones.
La misericordia de Dios no es sólo un alivio para nuestras faltas y nuestros sufrimientos, es nuestra salvación y la salvación del mundo entero.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento