Es una "construcción" muy sensible la vida de cada uno. Nos sobrecogería conocer cuánto nos influimos mutuamente para bien y para mal, ayudando o dificultando. Que las plantas no viven solo de su savia; también del aire que respiran. (P.M.)
Tengo mis convicciones muy precisas y claras, pero a veces, estoy delante de personas que piensan diferente y entiendo que decir mi posición puede ser causa de escándalo o puede generar polémica. En esos momentos, prefiero callar y escuchar al otro. Llegará el momento en que podré decir lo que pienso, sin faltar a la caridad.
Es el consejo que Pablo nos da en el capítulo 14 de su carta a los Romanos.
Lógicamente, en caso de identificar injusticias, debemos hablar en busca del bien de todos.
Nada es impuro por sí mismo, dice Pablo, son nuestros ojos y nuestro juico que hacen que las cosas sean impuras. Sin embargo, debemos tener la convicción de que es Dios quien purifica todo. Y permanecer en Su amor purifica nuestra mirada y nuestro juicio.
Con nuestras palabras o nuestro silencio, edifiquémonos recíprocamente con obras de paz.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
apoloniocnn@gmail.com