"El momento es apremiante": curar el alma del mundo; palpar nosotros, unidos y humildes, la Presencia de Dios, y contagiar y transmitir esa "Buena Noticia": Dios es el Amor de un Padre que vive en medio de nosotros. (P.M.)
Anuncio y Servicio: son dos acciones que no pueden ser practicadas por separado, por quien quiere ser emisario del amor.
Fue el ejemplo que Jesús nos dejó antes de enviarnos en misión como anunciadores de la Buena Nueva.
Sus enseñanzas tienen autoridad porque vienen después del ejemplo: ámense como yo los he amado; no vine para ser servido, sino para servir; si yo, el Maestro y Señor, les lavé los pies…, etc.
Seamos anunciadores y testigos del Evangelio primeramente con hechos concretos, después con palabras.
Actuar antes de hablar, hacer que nuestro testimonio sea verdadero. De hecho, serán los demás que darán testimonio sobre nuestro amor y será Dios que dará testimonio a nuestro favor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento