Si el amor es lo único que vale, y amar es servir, todo cuanto pensamos y hacemos, cuanto vivimos y sufrimos, puede convertirse, si lo querernos, en un servicio a los demás. Basta "ponerse el mandil" y no quitárselo en todo el día. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Ponerse al servicio no es ser sirviente, es vivir concretamente el amor al prójimo.
Servir es ponerse en el lugar del otro y atender sus necesidades; es hacer con eficacia el papel de profesional para el bien de la sociedad; es ir más allá de la simple obligación, es mejorar en todo para servir mejor.
Cualquier autoridad que se nos dé, es para el servicio. El padre y la madre sirven a la familia, el gobernante sirve al estado, el juez sirve a la verdad y la justicia, el líder religioso a los fieles, y todos juntos servimos a Dios.
Y Dios estará feliz si derribamos las barreras de nuestro egoísmo para servir a nuestros hermanos y hermanas.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento