Empezando por reconocer que no somos del todo libres interiormente, permitiremos al "Hortelano" de nuestro corazón que pode nuestras "esclavitudes", y haga que florezca gozosamente lo mejor de nosotros mismos en bien de los demás. (Padre Manolo Morales o.s.a)
La libertad interior es aquella que no tiene condicionamientos externos.
Es decir, es estable y perenne. No puede ser impedida a quien la tiene.
La libertad interior está ligada a la fe, a la esperanza y al amor.
Estas tres virtudes nos hacen libres porque no dependen de ningún condicionamiento humano. Las tres son ligadas directamente a Dios y es Él que nos da la verdadera libertad.
Creemos libremente, esperamos libremente y amamos libremente. Nadie puede impedirnos vivir la fe, la esperanza y el amor. Del mismo modo, nadie puede obligarnos. Son dones gratuitos de Dios, que recibimos y vivimos en la más completa libertad.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento