Si las fuerzas del Mal llenan el mundo de soberbia y prepotencia, de ambición de poder y guerra y división, nuestro mejor afán será seguir, dondequiera que estemos, el proyecto de Dios, la unidad: amar, respetar, no juzgar temerariamente... (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El “hacerse uno” es uno de los puntos del “arte de amar” cristiano, que puede revolucionar nuestra vida.
A veces, queremos agradar a las personas en sus voluntades y no logramos. Para que esto se haga con perfección, debemos hacerlo por Dios, por reconocer la presencia de Jesús en cada uno, y no por la persona en sí. De este modo, la persona con seguridad quedará más feliz y se sentirá objeto de un amor exclusivo. No solo. Sentirá también en su corazón el amor de Dios.
Es necesario “hacerse uno” con el prójimo con un amor puro y sin intereses.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento