Como no viven las plantas sin el sol y el agua, nuestra convivencia no es solo estar bajo el mismo techo, ni siquiera sentarse a la misma mesa, sino el esfuerzo constante de la comunión y el entendimiento de los corazones. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Donde ya existe, tratemos de fortalecer y reavivar la llama del amor; donde no existe, tratemos de crear un clima de familia viviendo las palabras de Juan de la Cruz: “Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor.”
Todo amor emana de Dios, que es la caridad suprema. Sin embargo, Él nos hizo capaces de amar a su semejanza. Nunca seremos perfectos, pero podemos ser un reflejo del amor de Dios e ir por el mundo creando un espíritu de familia en todas partes.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento