"Mira a tu alrededor y llena tu día de actos de amor. Cristo se te presenta en tus hijos, en tu mujer, en tus compañeros de trabajo, de política, de diversión. Haz el bien a todos. Haz algo por todos, según tus posibilidades. Entonces, si te parece que todo se han agotado, todavía puedes orar por ellos, ya sea que estén vivos o muertos. Esto también es amor que cuenta".
Chiara Lubich
Es nuestro oficio, sembrar. Con la fe en Quien nos ha empleado y en la fecundidad de la semilla, el amor; con la esperanza que libra del desaliento y la impaciencia; con la seguridad de que "es Dios quien hace crecer". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cosechamos lo sembrado. Este es un dicho popular muy verdadero.
Podemos tomarlo por el lado positivo; es decir, interpretarlo viendo todo lo bueno que podemos sembrar a nuestro alrededor: amistades, honestidad, simpatía, cordialidad, y sobretodo fraternidad.
Los actos de amor nacen donde los sembramos, porque el amor fraterno es el más perfecto testimonio de la caridad. No una caridad entendida como asistencialismo, sino como la vivencia del amor recíproco genuino.
Debemos sembrar amor con hechos concretos, sin olvidar que la semilla debe morir para germinar.
Así nuestro “yo” debe morir para que germine el “nosotros”, lo colectivo, la fraternidad.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento