Se crea o no, somos "parecidos" a Quien nos ha creado, y Él es el Amor Hermoso. Por un impulso natural, pues, amamos, y así somos felices. Vestir ese amor de malos modales, es poner un traje sucio a la Belleza. (Padre Manolo Morales o.s.a)
Pequeños detalles, gestos sencillos, una mirada atenta a las necesidades, son la demostración de un acto de amor puro que no busca recompensas y solo quiere el bien del otro.
Muchas veces ni siquiera es una necesidad, sino sólo un mimo, un pequeño recuerdo que mantiene encendida la llama del amor recíproco.
El amor se alimenta de amor, es llama y combustible al mismo tiempo y no debe parar nunca, porque así lo demostró Jesús: “Habiendo amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el extremo.” (Jn. 13,1)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento