Desde el nacer hasta el morir, somos todos "romericos" peregrinando con la mirada en el cielo. Unas veces cuidamos, otras, somos cuidados; jamás aislados y autosuficientes. ¿Soledad? Solo si sirve para cuidar mejor. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Para cuidar al otro, tengo que salir de mi comodidad, de mi egoísmo, por así decirlo, ir más allá de las fronteras de mi “yo”.
Por otro lado, tratando de amar a mi prójimo como a mí mismo, cuido de él de la misma forma que me cuido a mí mismo. Es la medida que puedo usar para cuidar al otro.
Cuidar muchas veces es estar a su lado cuando está angustiado, escucharlo, sorprenderlo positivamente con mi presencia y con el calor humano que necesita.
Cuidar del otro significa amarlo como Jesús nos ama.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento