Aunque el amor de Dios es inconmovible, sin querer le trasladamos y atribuimos nuestros estados variables de ánimo. ¡No! Necesitamos nutrir la fe: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Debemos confiar sobre todo en el amor del hermano, en su reciprocidad, creyendo que él vive la pureza del amor sin intereses.
Confiar en alguien que no es perfecto, así como tú y como yo, pero que siempre recomienza en amar, para que juntos construyamos un mundo mejor.
Confiar también en quien aún no conoce el amor verdadero, pero que con nuestro testimonio aprenderá más de lo que aprendería con nuestra reprensión.
Alimentar la confianza como quien confía sólo en el amor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento