Vivir y hacer las cosas solo en provecho propio, se nos queda corto. Somos comunidad universal. Todo en nosotros tiene -debería tener- esa dimensión. Y nada nos "aprovechará" tanto como esa anchura de corazón. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Un verdadero cristiano busca siempre al bien común, ya que la expresión más visible de la vida cristiana es la comunidad, donde hay amor recíproco.
Cada uno tiene en mente el bien de todos y pueden llegar incluso a ser un solo corazón y una sola alma.
Al menos este fue el testimonio de las primeras comunidades cristianas y de muchos grupos de hoy, de la actualidad.
Este hecho contribuye en gran medida a la organización civil y social, ya que es una base sólida para buscar el bien común.
Un cristiano paga sus impuestos, emite facturas, no soborna, no obtiene favores por influencia de familiares. Es decir, sigue las normas civiles con responsabilidad, pero no precisamente porque asuma rigurosidad sin sentido, sino porque ama y piensa en el bien de todos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento