Hacerse. Es algo que hay que hacer, y cuesta. De niños, no cuesta, por ejemplo, depender de otros. Creciendo, buscamos ser independientes; hasta descubrir que depender (de Dios y de otros) es sencillamente ser humildes. Y esa es nuestra grandeza. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
En varias ocasiones los apóstoles preguntaron a Jesús quién sería el más grande en el Reino de los Cielos. La respuesta era siempre la misma: quién se hace pequeño, quién se hace como un niño, quién se hace servidor de todos.
El capítulo 18 del Evangelio de Mateo es un verdadero tratado sobre la vida cristiana. Jesús explica cómo podemos hacernos pequeños, cómo no ser motivo de caída para los demás, sobre la compasión, sobre la corrección fraterna, sobre el perdón y sobre la oración común con su presencia entre nosotros. Aconsejo su lectura y reflexión.
Por tanto, ya sabemos la respuesta: quien quiera entrar al Reino de los Cielos debe hacerse puro como un niño; Quien quiera ser el más grande ante Dios debe convertirse en siervo de todos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento