Lo sabemos, que la convivencia y la vida con sus complejidades, nos enseña. Lo que tal vez olvidamos es Quién es el Maestro que está detrás de todo. Solo se requiere el silencio activo y humilde del discípulo (¿un poco de oración?). (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Uno de los peores errores que podemos cometer es pensar que sólo nosotros sabemos hacer bien las cosas.
Podemos confiar más en los demás, delegar tareas o simplemente dejar que el otro haga su parte.
Cada persona tiene su propio ritmo y su forma de hacer las cosas.
Para aprender de los demás tenemos que dejar de lado nuestras ideas, nuestra forma de hacer las cosas. Podemos dar espacio para que el otro utilice su creatividad y pueda dar su contribución.
Valoremos al otro con sus capacidades y sus habilidades, que son simplemente diferentes a las nuestras y no menos efectivas.
Amemos a las personas tal como son, haciéndolas sentirse importantes.
Confiemos sobre todo en la capacidad de amar que cada uno tiene, cada uno a su manera y en su medida.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento