Aunque es "oficio" de amigos que el corazón ejerce espontáneamente, hay penas y pruebas tan duras en la vida, que solo siendo "amigos fuertes de Dios" (1) podremos aliviarlas, ofreciendo el mismo amor con que Él nos ama. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Nota. Santa Teresa, Vida 15,5
La demostración de caridad constante y sincera trae consuelo a quien sufre.
La persona que está bajo el peso de la cruz, viviendo un momento difícil, puede sentir el inmenso amor de Dios a través de nosotros.
Una presencia amiga y un amor fraterno en la hora de aflicción valen más, incluso, que la solución de los problemas.
Dios se manifiesta a través de nuestro amor concreto. Y podemos ayudar a la persona a entregarse completamente en sus manos, para que sienta su amor infinito, su luz y su consuelo.
Nuestra pequeña parte es amar al hermano como a nosotros mismos. El consuelo, la paz, la luz, son dones de Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento