No se trata de una alegría impostada, artificial, sino de corazón, nacida a ser posible de nuestra concordia. Dios nos enseñará a transformar nuestros problemas en más puro amor. Y ello será la raíz de la planta, la "perfecta alegría". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Mis preocupaciones, mis problemas y dificultades son míos y no puedo evitarlos, tengo que afrontarlos con valentía y entregándolo todo en las manos de Dios.
A los demás sólo puedo llevarles la alegría que tengo en mi corazón. La alegría de saber que Dios me ama, que Dios me apoya y nunca me deja solo.
Por esta razón no hablo de mis problemas con los demás, excepto cuando hago un poco de comunión con los hermanos y hermanas que comparten conmigo el mismo Ideal.
A los demás, con quienes me encuentro diariamente, les llevo la alegría que proviene del amor de Jesús, crucificado y abandonado. Sólo Él puede transformar el dolor en amor, la tristeza en alegría, el sufrimiento en felicidad eterna, la muerte en resurrección.
Él es mi alegría escondida, que llevo al mundo vestida de fiesta y alegría.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento