Es cuidar la fragilidad: lo que hace naturalmente nuestro cuerpo consigo mismo, o la familia con sus miembros más débiles e indefensos. ¡Con qué naturalidad se solidariza la gente cuando funciona así, como familia universal! (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El otro día, en un estacionamiento abierto, un señor pidió cuidar mi coche. Cuando regresé, entablé una conversación con él, en el que me resumió toda su vida. Habló de sus luchas y logros, de la alegría de tener una hija graduada de la universidad.
Antes de irme le pagué y lo felicité por toda su vida de lucha, y le di un abrazo.
Me agradeció y dijo: "Lo que me hizo feliz no fue el pago, sino la conversación y el abrazo. ¡Me sentí persona!".
Cuando recibo un buen servicio en algún lugar, normalmente agradezco a la persona y busco a su jefe inmediato para dejar un cumplido y le expreso mi satisfacción. La reacción de la persona es siempre de agradecimiento.
Creo que eso es lo que propone la frase de hoy: valorar a personas que muchas veces son invisibles a los ojos de la sociedad.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento