Mucho más que recitar unas oraciones, rezar es conectarnos con la Realidad: somos ríos de una Fuente Eterna. Poner conscientemente cuanto vivimos en esa "Corriente", aceptar y responder a ese Amor de Dios, es rezar. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
"Mi casa será casa de oración" (Lc. 19,46)
Rezar significa hablar con Dios, entrar en comunión con Él. Y esto podemos hacerlo en todas partes y en todo momento.
Sin embargo, cuando queremos retirarnos, entrar en la intimidad de Dios, hablar directamente a su corazón, casi susurrarle al oído, buscamos una Iglesia, que es el lugar más adecuado para esta conversación más profunda.
Al entrar a una Iglesia debemos colocarnos inmediatamente ante el Señor, con reverencia y respeto, con devoción y recogimiento. Nada debería desviar nuestra atención de este objetivo.
Sin lugar a dudas, el mismo Jesús nos acogerá y nos hablará directamente al corazón, y quedaremos maravillados.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento