"Siento mi impotencia, pero se la entrego a Dios. Baso todo en una fe que no se derrumba, creo en el amor de Dios. Creo que Dios me ama. Y por este amor pido grandes cosas para mi vida y la de los que caminan en mi ideal, cosas dignas de personas que se saben amadas por uno que es Dios".
Chiara Lubich
Nuestros planes cambian de acuerdo a las circunstancias y según nuestras posibilidades; pero el designio del Señor permanece para siempre (Cf. Sal. 32[33] 10,11)
Nuestra capacidad de planificación es muy limitada. Solo contamos con lo que vemos y con lo que tenemos. Dios conoce todas las cosas y sus proyectos para la humanidad existen desde siempre y para siempre, sin sufrir cambios: la perfección del amor.
Esta es una de las razones por las que debemos esperar en Dios, porque Él no cambia en su amor por nosotros.
Esperar en Dios es seguridad, es la certeza de que siempre sucederá lo mejor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento