Sin ser todos mutuamente acogidos, alimentados, vestidos, instruidos, aconsejados, corregidos, perdonados... el desarrollo humano será un engaño que no gozará de la bendición de Dios, que es, lo primero, Misericordia. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Hacemos obras de misericordia cuando vamos al encuentro de las necesidades del prójimo. Tanto en lo material, como en lo espiritual.
En Mateo 25,35-37, Jesús explica las obras de misericordia: dar de comer, dar de beber, acoger a los peregrinos, vestir a los desnudos; visitar a los enfermos y encarcelados.
Además de estas, están las obras de misericordia espirituales: aconsejar, instruir, corregir, consolar, perdonar, comprender las debilidades del prójimo, rezar por todos.
Podemos resumir las obras de bien que hacemos en dos expresiones fundamentales: amar a todos y darnos con generosidad.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento