Para ser verdaderos y nunca engañar. Por encima de nuestras limitaciones y debilidades, fijarnos en lo que da valor imperecedero a nuestra vida: ser hoy "una lámpara que arde y brilla" para que los demás gocen de la Luz. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Deberíamos hacer lo mismo sobre el pueblo de Dios. Algunos lo hacen de forma explícita, con símbolos religiosos como crucifijos, rosarios colgados del retrovisor del coche, pegatinas con frases bíblicas, ropa que indica a qué religión pertenecen, etc.
Todo esto es válido cuando por detrás se tiene una vida comprometida con lo que se profesa. De lo contrario, no vale de nada. Si no hay amor a Dios y al hermano, serán sólo adornos sin ningún significado.
Como dice Pablo en 1 Corintios 13,3: Puedo darlo todo a los pobres, (...) y hasta arrojar mi cuerpo al fuego, pero si no tengo amor, de nada me sirve.
Por tanto, dar testimonio ante todo con la vida.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento