Es una evidencia: andamos de pelea desde que Dios nos creó. Y, siendo solo Él capaz de hacer de nosotros una familia, nos pide ayuda: si el vicio corrompe el corazón, la virtud lo sana. Y "ahí" es donde nace la paz. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La paz debe construirse primero dentro de mi corazón. No puedo hablar de paz si no la tengo dentro de mí mismo.
Ser paciente, comprensivo, desprendido de mis ideas, ser nexo de concordia y armonía entre las personas.
En la mentalidad del mundo, el poder de la guerra es una garantía de paz. Para Dios no es así. Quien quiera la verdadera paz en su corazón, sólo debe utilizar las armas que le sugiere el amor: el perdón, la reconciliación, la aceptación del otro, la escucha recíproca.
El mayor constructor de paz fue Jesucristo, que se entregó y sufrió por nosotros, usando el arma del perdón hasta el final, para darnos su paz.
“Les dejo la paz, les doy mi paz.” (Jn. 14,27)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento