Es malo distraernos en este "viaje" de la vida. Momentos de abatimiento, de tristeza, de pesar por algún error cometido, pueden dejarnos sin luz. ¡No, por Dios! Basta volver al amor, a la alegría de servir, y volverá la luz y la vida. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Regresar a la vida verdadera es redescubrir que la vida no solo se trata de producir o correr detrás del tiempo, sino de vivir con sentido, con gratitud y con presencia.La vida verdadera se enraíza en el amor, en la sencillez y en la comunión con los demás y con Dios. Es la vida que florece cuando cultivamos valores duraderos: la bondad, la justicia y la esperanza.
Regresar a esta vida exige valentía para desprenderse de lo superfluo, para reevaluar nuestras prioridades y volver a empezar con humildad.
Regresar a la vida verdadera es también una gracia: Dios siempre nos espera con los brazos abiertos, dispuesto a renovarnos con su luz.
Esta es la vida verdadera, que da paz al corazón y sentido a la existencia. Porque, en el fondo, es la vida para la que fuimos creados.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento