No solo de países lejanos o del entorno social nos llegan los conflictos, también a nuestros prójimos y a nosotros mismos llegan el desencuentro y el malcontento... Toca estar "armados" de paz interior, de serenidad y de intimidad con Dios. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La verdadera paz no es solo la ausencia de conflictos, sino la presencia de armonía interior.A menudo buscamos un mundo más justo, más tranquilo y más unido, pero olvidamos que esta transformación comienza dentro de cada uno de nosotros.
Cuando cultivamos la paciencia, el perdón, la escucha y el amor en nuestro corazón, irradiamos esta paz a los demás. Pequeños actos de comprensión y respeto crean ondas que se extienden a nuestro alrededor.
El mundo cambia cuando nosotros cambiamos. Si cada uno de nosotros se convierte en un punto de paz, juntos formaremos un mundo nuevo, más humano y fraterno.
La paz no se impone desde afuera; florece desde adentro.
"¡La paz esté con ustedes!" (Lc. 24,36)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento